Las ‘funciones’ de la empresa son las tareas de toda índole en que consiste su día a día para sacar adelante el proyecto. Me dedico a aportar la legal, actuando transversalmente en todas las demás, para ajustarlas a los requerimientos del ordenamiento jurídico.
Participo proactivamente en el día a día de las empresas que asesoro, facilitando asistencia en sus propias oficinas, adaptándome a su cultura, estructura y funcionamiento. Esta es la mejor manera de conocer el proyecto, comprender sus necesidades y de permitir al emprendedor el correspondiente ahorro de tiempo en desplazamientos.
Presto servicios propios de asesoría jurídica interna, pero aportando la experiencia adquirida en otras empresas, en otros sectores y otras disciplinas, ampliando la perspectiva y favoreciendo el crecimiento conjunto. A ello añado los servicios propios del asesor externo, los cuales requieren una práctica que no se produce en el devenir diario de la empresa.
La estructura de la empresa y su actividad generan multitud de relaciones jurídicas complejas, propensas a la controversia, lo que debe evitarse o, cuando menos, minimizarse desde el mismo momento en que se entabla la relación.
Es trascendental ser conscientes del problema desde su inicio, ya la posición que se adopte entonces determinará el futuro desenlace. Resulta muy importante contar con asesoramiento legal que valore la situación y defina la actuación que resulte más satisfactoria.
Como no siempre se resolverán consensuadamente las diferencias, resultará necesario dirimirlas ante Tribunales o Árbitros, donde la especialización y experiencia resultan imprescindibles, área en la que cuento con una larga trayectoria como especialista.
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